Esta casa ahora ya abandonada y bastante ruinosa además de metida entre enredaderas plantas y diversas especies vegetales, contaba con dos pisos (se conservan las escaleras), varias estancias ya que se ven las diferentes puertas de entrada. Además contaba con un patio interior y con una pequeña capilla que, misteriosamente se conserva práticamente intacta, incluso a su entrada se ve una inscripción totalmente conservada, "Santorum d Joseph" tradución de esta inscripción Capilla de San José aunque en latín, es como está escrita.
El último habitante de esta casa fue el Tío Roque, un guardia portugués que habito en ella a principios del siglo XX, desde entonces nadie más ha vivido en esta casa exceptuando mendigos portugueses que pasaban alli la noche y que contaron a los vecinos de por allí que no volverían más por causa de estas apariciones.
También dicen que durante las noches que NO hay luna llena, vagan diversas ánimas, que se dice que son de jornaleros portugueses que Froiz (párroco de Manín), contrató para diversas labores y que para no gastar su dinero los mato y los enterró, unos dicen que en el jardín de esta edificación y otros dicen que en una fosa en la vera del río Limia que pasa muy cerca del lugar.